lunes, 12 de abril de 2010

Sonrie...

Empezamos el nuevo propósito. La verdad, que no con muy bien pie.

Yo andaba y andaba. Ellas hablaban. Y yo las escuchaba en un segundo plano. En mi cabeza sólo estaba las palabras que aquel tipejo con sombrero me mencionó. Los recuerdos. El porqué tenía tantas ganas de salir de alli.

Ellas mientras continuaban hablando y riendo. Mi cabeza, por el contrario, continuaba activa; pensamientos inquietos. Guardaba mi ira y lo único que hacía era caminar cada vez más rápido.

"Irene, sé fuerte. Nadie sabe lo que has llegado a vivir y a aguantar. Nadie se puede poner en tu lugar. Tú eres la única que puedes manejar tu vida. No te debe importar lo que piensen los demás."

Mis pies seguían caminando. Notaba pequeñas molestias en el tobillo. Mi cabeza seguía creando pensamientos nuevos. Ya más calmados. Llovía. El agua me mojaba la cara. De vuelta a casa, algo más cansada y más tranquila.

¿Por qué preocuparme? No se puede evitar...
¿O quizás si?

"Sonrie Irene, sonrie. Intenta ser feliz. Que te vean feliz. Así es como les gusta verte a la gente que realmente te quiere y no te hacen sufrir"