Sí, se terminaron las clases. Y pusieron fin con un gran jueves, con sus altos, euforía descontrolada y sus bajos. Odio esa sensación, cuando estás taaaan arriba que de repente el golpe es grande. Pero te levantas y recapitulas. Es una gran noche, sí. ¿Por qué olvidar todos los buenos momentos? Y vuelves a estar arriba, o al menos a intentar mantenerte en una línea intermedia.
Y sí, estoy de "vacaciones". El espíritu navideño se encuentra en las calles, las compras navideñas están presentes y con ellas las tardes pérdidas buscando regalos que nunca se encuentran y tienes que recurrir a un plan B. Llegan los polvorones, los turrones y los kilos puestos tras estas fechas. Y también llegan los recuerdos, la vista atrás, el pensar lo rápido que se ha pasado este año, sobretodo la mitad de este, a partir de verano... Y es algo que me da miedo... pero por otra parte es buen síntoma. Y me gusta.
